Por: Maria Fernanda Riveros Sanchez
“La pregunta es la más creativa de las conductas humanas“
Alex Osborn
“El arte de preguntar es igual al arte de pensar” como lo plantea Paulo Freire, son dos acciones que van de la mano, puesto que para preguntar es imprescindible pensar. Basados en lo anterior, podemos tomar la pregunta como un factor primordial, para la generación de nuevos aprendizajes que se enfocan a partir de la experiencia que puede forjar la cotidianidad del estudiante. Este factor es sumamente importante que se ejercite en todo momento y se potencie de acuerdo a la curiosidad innata de los niños y a la búsqueda de respuestas a ciertas incógnitas, que para algunas personas pueden ser insignificantes, pero para los niños son importantes.
Como lo confirma Paulo Freire, es importante generar diálogos con los niños, como fuente productora de preguntas, pero no dar respuestas a estas, sino fomentar la búsqueda de sus incógnitas, no darles respuestas de lo que se cuestionen. Lo contrario potenciar en los niños la búsqueda de su propio conocimiento y aprendizaje.
Es ahí donde entra el docente, padres de familia, amigos y demás entes, como mediadores para la producción de dicho aprendizaje, planteando y creando diálogos en los que, los puntos de vista de cada estudiante sean válidos y conjuntamente puedan componer un concepto más concreto.
Teniendo en cuenta, que este proceso exige posibilidades a los docentes de plantearse nuevas estrategias en las cuales, los estudiantes sean quienes obtengan aprendizajes a partir de los conocimientos previos, que ellos traen consigo con ayuda de sus compañeros. De ahí los estudiantes pueden lograr fortalecer el pensamiento crítico, analítico y comunicativo, frente a situaciones cotidianas, la elaboración de preguntas más concretas y el aprovechar cuestionarse del mundo que los rodea.